miércoles

Chocolatada

Quiero que al desaparecer mi respiración y mis latidos no me encojan dentro de un ataúd asfixiante de madera prolija y barnizada, lustrada al pedo. Quiero que me cremen y me chocolaten y así, sin más me entierren, para degradarme, disgregarme pero no desagradarme.
Integrarme a la tierra y formar parte de la vida del cosmos. Nadar en agua y barro, dormir en átomos dentro de tu pelo.
Morir sucede a cada rato. Se nos muere un pedacito de nosotros cada momento para que nazca otro. Y renacemos. Después de cientonoventa años morir ya no es nada, es perder el cuerpo. Nada más.

No hay comentarios.: