sábado

También Cadaver Haciapalta, Sincereza y un franco

Hasta Mario Bross se drogaba ¿Dónde viste un hongo que te haga crecer y tirar bolas de fuego? ¿Fuego? No le decían que el calor nacía de adentro y no lo entendía ni flores. Se carcomía y la consumían pero al mismo tiempo se consumía. Consumir es un acto universal pero de los sintéticos y no se evita Perón, la primera es rescatable, pero la segunda Evita, que ni siquiera se llamaba Eva, era una i-dio-ta como un caramelo de sal o desechos de ballena. Que va llena. Los animales desechan y los humanos cagan, decía mi hermano. Y se me hacía romper las lluvias para buscarles sonidos y llevármelos en los bolsillos de adentro, siempre estamos adentro de algo. El afuera es una mentira te dicen – es mentira – y que cuernos y pepinos saben si no sienten. Que sentir se siente adentro y más adentro de adentro y más adentro aun no se oye nada pero vendrán con trompetas y voces que no paro de escuchar. Quizá escucho tanto porque veo muy poco, quizá también deje de ver una cosa o ver otra pero, algunas es distinto y para tantas es lo mismo. Es no ver. Y vemos ojos que se ocultan y muestran ojos que se asustan. Y yo miro. No miro. Observo y me dicen que rara y que insana. Pero me encuentro a veces. Encuentro mis ojos. Y de verdades puedo ver.

Cerveza, Tilla y Cereza tienen un cadaver

Y así perdió la conciencia y se vio estrellada frente a su pared vacía y repleta a la vez. Ce, ere, o, te con leche o mate cocido y ca
fé en la mesa del patio de afuera donde da el sol que calienta los colores que nos rodeaban a todos pues los colores éramos todos. Y somos pies sobre la cara y nos aplastamos unos a otros y nos pisamos siendo fuego u hoguera llameante como sopa de caracol en medio de un hervor gigantesco como solían ser sus nudillos se alta gama estrenados el último otoño
como otras dos de sus cinco nuevas ganancias de juventú que despierta saboreando mandarinas y luego bebe frutillas almibaradas como vicio. Y suplicando contemplante sonríe para afuera, y para adentro se comprime y le reprimen las corazonadas y le agitan las entrañas y le acarician la espalda de la tercera vértebra hasta la última. Esa fue su rápida interpretación
rápida la mente subía por un camino que revoloteaba alrededor del cuerpo y le apagaban las luces del entorno pues dos ojos le acechaban
sigilosos aleteando como esquizofrénicos, vibraban hacia atrás y hacia los costados, una y varias veces seguidas
voces seguidas
seguidos segundos elegidos y compartidos y mucho viera y su vous plait y demás para por otro lado altro giorno tener una cita, concertarla y concretar deseos que beben
pero el beber esa agua tan pero tan insípida se vuelven perros y al tiempo fallecen.

Pequeñísimas. Cosas

Y si no lo hago hoy ¿Cuándo lo voy a hacer?
Que luego a la gente le viene la vergüenza, el pudor del qué dirán, lo que es el respeto, lo educado, la falta de respeto.
Que si no jodo a nadie yo lo voy a hacer. Porque lo disfruto.
Destrozar con las yemas de los dedos de a poco las medialunas dulces y los panes salados, mojarlos en el café con leche, humectarlos, hidratarlos y hacerlos míos. Hacerle un regalo a mis papilas gustativas que degustan el sabor que les gusta. Les agrada.
Mojar las medialunas y hacerlas marrón de canela en la cafetería y empaparme la lengua de café desayuno.

Que si me miran que les jode, que se jodan.
Yo me descalzo por ahí para disfrutar y nutrirme de la tierra. El alma es la tierra bajo la piel.
Disfrutar de las pequeñas cosas que hacen linda la vida.