sábado

Cerveza, Tilla y Cereza tienen un cadaver

Y así perdió la conciencia y se vio estrellada frente a su pared vacía y repleta a la vez. Ce, ere, o, te con leche o mate cocido y ca
fé en la mesa del patio de afuera donde da el sol que calienta los colores que nos rodeaban a todos pues los colores éramos todos. Y somos pies sobre la cara y nos aplastamos unos a otros y nos pisamos siendo fuego u hoguera llameante como sopa de caracol en medio de un hervor gigantesco como solían ser sus nudillos se alta gama estrenados el último otoño
como otras dos de sus cinco nuevas ganancias de juventú que despierta saboreando mandarinas y luego bebe frutillas almibaradas como vicio. Y suplicando contemplante sonríe para afuera, y para adentro se comprime y le reprimen las corazonadas y le agitan las entrañas y le acarician la espalda de la tercera vértebra hasta la última. Esa fue su rápida interpretación
rápida la mente subía por un camino que revoloteaba alrededor del cuerpo y le apagaban las luces del entorno pues dos ojos le acechaban
sigilosos aleteando como esquizofrénicos, vibraban hacia atrás y hacia los costados, una y varias veces seguidas
voces seguidas
seguidos segundos elegidos y compartidos y mucho viera y su vous plait y demás para por otro lado altro giorno tener una cita, concertarla y concretar deseos que beben
pero el beber esa agua tan pero tan insípida se vuelven perros y al tiempo fallecen.

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